viernes, 18 de enero de 2013

Todos somos Simón

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Porque todos necesitamos una paliza en alguna etapa de nuestras vidas, Mejor no Hablar (de Ciertas Cosas), del director ecuatoriano Javier Andrade da en el blanco con esta película.

Empezamos contando un poco la historia, porque tampoco queremos contar el final y mas bien mejor vayan a verla al cine, no por que es de aquí sino porque desborda de calidad. Este mundo ideado por Andrade se desarrolla en Portoviejo, en donde dos hermanos de clase socioeconómica alta (Paco y Luis) tienen una riña familiar. Luego de esa pelea, ambos toman rumbos distintos en los cuales comienzan bien, pero al final, cuando todo se pensaba resuelto para ambos, sus vidas empiezan a caer.

Por su parte, la fotografía hecha por Chris Teague la cual acierta capturando los colores cálidos de los atardeceres de la costa ecuatoriana. Con planos sencillos, descomplicados tratando de capturar una visión natural de cómo Paco (nuestro narrador) observa la cosas. Predomina planos secuencias, los cuales consisten en una visión general de la situación, sin realizar ningún corte, sino dejar que las situaciones fluyan. Algo así como pasa en la vida real. Como diría Javier Andrade en la página web de la película cuando visitaban las locaciones junto al director de fotografía “¿Por qué cortar?".



Además la musicalización que usa temas de bandas ecuatorianas, y canciones del siglo pasado que hacen referencia a cantinas donde esconder esos sentimientos que carcomen el alma (obviamente dentro del contexto de la película). La banda que crean para la película, Los Propios, es el fiel reflejo de una persona (o varias a las que puede representar Luis) que quiere gritar la ira que uno lleva, porque a la final todos somos "Simón” (canción de la banda antes mencionada).

Diálogos reales, reflejan un guión natural de Portoviejo. Situaciones inesperadas uno encontrará en la película. Quizás el tema recurrente de drogas y sexo como me dijo una vez un amigo “es una etapa” y quizás sí, pero lo que vale recalcar en la historia en general es que ya no hablamos de alguien que está en la pobreza (aunque en una parte del film sí ocurre esa situación) sino hablamos de problemas de una familia de estatus socioeconómico alto.

Por otro lado, la actuación de Victor Arauz sorprende; sorprende y convence, así mismo como la de Pancho Savinovich. El enfásis en sus palabras en los momentos de climax, cómo cuando Paco le pide a su padre que deje de golpear a su hermano Luis (quién termina matando a su padre) hacen que el espectador sea un testigo más de aquella paliza. Además, la sinceridad con la cual se hablan entre ellos denota una relación entre hermanos en la cual, pase lo que pase. uno siempre estará para salvar la cabeza del otro. Savinovich y Arauz encarnan a esos hermanos que siempre se quisieron, y siempre planeaban cosas juntos, sin necesidad de hablarse, cómo el robo del caballo de porcelana de sus padres a cambio de drogas. Esos planes ya planificados sin ninguna palabra ya tenían, porque ustedes saben, es mejor no hablar de ciertas cosas.

Por: Guido Bajaña Yude

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