La piel utiliza la luz solar para
ayudar a fabricar vitamina D, la cual es importante para la formación normal de
los huesos. Pero a veces, los rayos ultravioleta pueden ser muy perjudiciales.
Dentro de la capa epidérmica (exterior) de la piel hay células que contienen el
pigmento llamado melanina. La melanina protege la piel de los rayos
ultravioleta del sol, que pueden quemar la piel y, con el tiempo, reducir su
elasticidad y causar que una persona envejezca prematuramente.
El bronceado
tiene lugar porque la exposición a la luz solar hace que la piel produzca más
melanina y se oscurezca. El bronceado se va desvaneciendo a medida que estas
células llegan a la superficie y se caen. Demasiada exposición a los rayos
ultravioleta o UV puede causar quemaduras solares. Los rayos UV penetran las
capas exteriores de la piel y pasan a las capas más profundas, donde pueden
dañar o matar las células de la piel.
Las personas que tienen poca melanina y
se queman muy fácilmente, por lo que deberían protegerse cubriendo las áreas sensibles
usando bloqueador solar, limitando el tiempo total de exposición y limitando el
tiempo de exposición entre las 10 a.m. y las 2 p.m indica la Dermatóloga Danny Zuquilanda. La exposición frecuente a
los rayos ultravioleta durante varios años es la causa principal del cáncer de
piel.
Examine su piel frecuentemente para detectar bultos sospechosos o cambios
en una lesión ya existente en la piel. La detección y tratamiento a tiempo son
fundamentales para incrementar las tasas de curación del cáncer de piel.
Por: Karla Loor
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