Cuando
un matrimonio ha terminado por las constantes peleas, tendemos a asumir un rol
de evasión de conflictos y luego cuando rehacemos nuestras vidas y volvemos a
casarnos, cualquier problema que salga a la luz, preferimos dejarlo ahí y no
discutir, por miedo a perder a esta nueva persona. Lo que no sabemos es que
estamos cometiendo un error. “Las parejas casadas, que nunca discuten, tienen
un 35% más de probabilidades de divorciarse en cuatro años, que las parejas que
con frecuencia tienen desacuerdos” -
frase de Lee Ann Vaughn para el libro “Los 100 secretos de las parejas felices”
Hay
que tener en cuenta que discutir no es pelear. Si buscamos en el diccionario
las definiciones de estos términos encontraremos que:
Pelear:
Enfrentamiento verbal o físico, entre dos personas con el fin de hacerse daño
Discutir:
Defender opiniones e intereses opuesto en una conversación.
Muchas
parejas no tienen en cuenta estos significados y confunden el uno con el otro,
lo que acarrea terribles consecuencias en la relación, pues la violencia solo
genera más violencia. Por ello raras veces la solución es no hacer nada. Para
tomar esa determinación antes hay que saber escoger nuestras peleas, ya que aunque las discusiones son sanas, no
es bueno discutir por todo. “Hay que asumir la relación de pareja con toda la
atención y habilidad con la que usted maneja otros conflictos” David Niven –
Los 100 secretos de las parejas felices.
Las
discusiones deben buscar defender nuestros derechos, límites y opiniones, temas
con los que habrá que congeniar con la otra persona si queremos tener una buena
relación. “Es una negociación irremediable para evitar acumular malestar y
sentirnos mal con nosotros y con la otra
persona. De no discutir sanamente acabaremos con resentimientos y abandonaremos
la relación”. Afirma Ruth Sabando, Psicoterapeuta.
¿Qué es una discusión sana?
Las
discusiones son únicamente para expresar opiniones, no para demostrar que se
está por encima del otro, pues con esa actitud lo único que conseguiremos es
que la otra persona se defienda o se sienta mal. Algunos aspectos según la
Psicoterapeuta Sabando para fomentar las sanas discusiones:
- · Un aspecto básico en toda discusión es como se expresan las cosas, la forma en la que hablamos. Nuestro tono debe ser neutro y no debe haber ni implicarse ningún tipo de agresividad.
- · Hay que ponerse en el lugar del otro, pues no lo entenderemos si no abrimos nuestra mente y vemos las cosas desde su punto de vista.
- · No traiga a sus discusiones del presente, las discusiones del pasado, pues si se supone que ya habían terminado, no hay porque traerlas de nuevo a la memoria, por más de que el problema se parezca, trate el problema del presente.
- · Antes de empezar un conflicto, resuelva los propios, pues cuando se discute lo que se espera es solucionar problemas, llegar a acuerdos y expresar opiniones, no enemistarse con quien queremos.
- · Si la discusión se dio por terminada y aún no seguimos de acuerdo con la opinión de nuestra pareja, no insistir con lo mismo como si fuera una tragedia. Todo problema tiene una solución.
- · Aprender de las discusiones, pues nos ayudan a conocer mejor a la otra persona y a nosotros mismos, ya que tendremos mayor amplitud de opinión.
No usemos las discusiones como arma de destrucción de la
pareja, pues no hay nada más interesante que una persona que da soluciones a
los problemas, que aquella que le busca y aumenta más cosas a un conflicto.
Tengamos como propósito de este nuevo año, tener una convivencia en pareja más
tranquila y más amena, donde haya amor y respeto para ambas partes.
Por: Karla Loor
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