Todas las mañanas, Don Alberto Cortéz, o “Albertito” como lo conocen en su barrio, sale de su casa a las 5:30 am para coger el bus línea 75 que lo deja en la calle Pancho Segura. Después de una larga caminata, llega a su lugar de trabajo en el barrio Centenario, entre las calles Washington y Chambers.
Llega siempre temprano porque tiene que “armar” su puesto de betunar zapatos, que también cuenta con un modular en el cual vende desde caramelos, hasta diarios
Los clientes no tardan en llegar a este pequeño sector del Centenario en el cual Albertito lleva ya 15 años laborando.
Él, tiene todos los implementos necesarios para comenzar el procedimiento de la lustra de los zapatos. No le falta nada.
Esto de lustrar zapatos es todo un procedimiento,
tiene que pasarle el cepillo seco para quitarles
la suciedad
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Albertito usualmente cobra 50ctvs por zapatos, pero por haberle colocado la tinta, el precio sube a 80ctvs. “Una vez le lustré los zapatos a Nebot, y el por su cuente me dio 5$, yo le dije que muchas gracias pero que eso no cuesta. Ahora pasa más seguido por mi puesto y siempre recuerda mi gesto.
Albertito lleva haciendo esto 15 años. Antes solía trabajar de guardia, o de mensajero. Sus hijos ya están casados y son independientes, pero él dice “Si he de morir, que sea trabajando y ayudándoles en lo que pueda”. Y así nos despide con una sonrisa y un par de zapatos que brillan como su rostro.
Por: Luis Castro
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