
Aquí
unos tips que pueden aligerar la carga:
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La decoración. Si eres de
las que faltando una semana para Navidad y recién pones el árbol, toma nota.
Recurre
por adelantado a estas tiendas para obtener adornos y demás a mejores precios.
Comprar en vísperas siempre es un caos y terminas pagando lo mismo por adornos,
gasto de movilización, bebidas para hidratarte, la comida rápida que te obligas
a comer para no perder tiempo en fin.
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Los regalos. Esta sin duda
es la parte más complicada. Elegir que le compro al familiar al que ningún
regalo le agrada, elegir el regalo para los papás, para los suegros, regalos de
los hijos, el regalo del amigo secreto… Y así la interminable lista, sin contar
que el tiempo se acorta y tanto los precios como la presión aumenta.
¡Planifica!
Aprovecha
el mes de noviembre y has una lista de las personas a las que tienes que darle
un regalo y lo que posiblemente pudieras comprarle.
No
dudes en elaborar un control de tus ingresos y gastos, pues ayuda a que no
sufras en el mes de enero. Recuerda que lo importante es el detalle.
Un
tip es intentar comprar en efectivo, así tienes un poco de más de control de
tus gastos, ya que con las tarjetas es más fácil derrochar y diferir para
ahorcarnos más adelante.
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La cena y las bebidas. Si
eres de la que termina con su dieta en estas fiestas, piensa que después
viene la temporada y no querrás lucir
unos kilitos de más.
No
comas en exceso, puesto que por ser las cenas regularmente pasadas las 10 de la
noche, tu digestión será más lenta y tendrás problema para conciliar el sueño.
No
te tientes y aléjate de los dulces y bocaditos.
No
abuses de las bebidas alcohólicas, recuerda que repercuten en tu cutis y
también te pueden ocasionar malestares digestivos. Y si bebes, no manejes.
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Tiempo de paz. Navidad y Año
Nuevo son tiempo de paz y reconciliación con Dios, con los demás y por supuesto
con uno mismo.
No
estaría mal que en tu familia seas tú quien proponga realizar posadas
navideñas, así puedes acercar a los tuyos un poco más a la fé.
Pide
perdón si con alguien te has equivocado o si no le has dado el tiempo necesario
a tu esposo e hijos. Recuerda que lo que cuenta es recibir a Dios en nuestro
hogar y nuestros corazones y empezar un nuevo año con mejores energías.
Por
último, pero no menos importante comparte. Lo poco que tengas no importa, siempre un gesto generoso nos
acerca más a Dios y nos hace más humildes. Recuerda que hay otros que quisieran
tener lo que nosotros a veces renegamos. Incluye a tus hijos y busca ropa en
buen estado para donar, alimentos enlatados, juguetes, caramelos y lleva a tus
hijos a orfanatos, geriátricos o a lugares donde ellos participen entregándoles
sus donaciones a las personas que menos tienen. Al final pregúntales ¿cómo se
sintieron?, siembra amor y cosecharás lo mismo.
Por: Karla Loor
Por: Karla Loor
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