No
se ve mucho movimiento, aún es temprano. Pero poco a poco empiezan a llegar los
dueños de los negocios de la Bahía. Blusas, jeans, leggins, interiores, son
algunos de los artículos que arreglan rápidamente en sus pequeños locales, pues ninguno de
ellos quiere perder un cliente por no tener listo su negocio.
Ricardo
Domínguez, dueño del comercial “Guachito”, manifiesta que diariamente sale de
su casa, en el sur de la urbe, a las 07:00, para estar a tiempo en su local.
Afirma
que algunos clientes recorren temprano: “Por ellos se debe abrir temprano el
local, entre arreglarlo y vestir a los maniquíes me toma más de 30 minutos.”
No
pasa mucho tiempo cuando se acercan los primeros clientes. Él se apresura para
enseñarles lo que está de moda por las festividades de Navidad y fin de año.
“Las leggins son las que más se venden”, indica este padre de familia, quien
aspira a que las ventas mejoren desde el
fin de semana, pues en el mes anterior
recién empezó a moverse el comercio.
Con
él coincide Narcisa Orozco, de 47 años, quien ofrece ropa interior, en Chile y
Ayacucho. “Esperamos que ya empiecen a llegar en gran cantidad los clientes”,
menciona la comerciante, mientras ubica su mercadería.
“Venga,
lleve dos blusas por cinco. Aproveche los lindos colores que tenemos”, expresa
Gina Dolores Ortiz, para atraer a los posibles compradores: “Hay algunos que
solo preguntan y no llevan nada”.
Sin
embargo, grita para llamar a las personas: “Todos los sábados con la misma
blusa, ven cambia y ponte a la moda”, dice mientras muestra la variedad de
blusas que tiene.
Son
más de las 09:00 del pasado sábado y ya se siente un ritmo más agitado. El ir y
venir de compradores, quienes acompañados de su familia empiezan a probarse la
ropa en los improvisados vestidores hechos con fundas y telas.
Pero
hay quienes prefieren hacer las compras más rápido y se miden la ropa por
encima de la que cargan. “Así ahorramos tiempo”, manifiesta Carmen Orejuela,
mientras observa como su hija y sobrina se prueban algunas blusas que son ofertadas a menos de cuatro dólares.
La
música de reggaeton, así como la salsa se empiezan a sentir en los alrededores
de la Bahía.
Ya
el caminar se complica, las horas avanzan y se incrementa el número de compradores,
con fundas de ropa y cajas con mercadería adquirida.
El
calor se siente más, pero eso no es impedimento para observar un jean o
preguntar el precio de un par de zapatos. “Está un poco económico. Aquí hay
precios altos y bajos, solo es cuestión de buscar bien para encontrar lo bueno,
bonito y barato”, indica entre risas Alexandra Anchundia.
El
centro comercial Bahía Mall es otro de los lugares visitados por los
compradores. A diferencia de sus alrededores, donde las ofertas se ven a simple
vista, aquí hay muy pocas, pero el regateo igual continúa. “Les damos un precio
y enseguida el cliente pide rebaja y nos toca negociar”, manifiesta Jéssica
Castro, una de las trabajadoras de Calzado Alexandra.
Pese
a que en el lugar también hay distribuidoras de ropa, zapatos y carteras,
durante la mañana se puede caminar sin dificultad, mientras que en la tarde se
complica, aunque muchos de los que caminan por ahí no siempre compran.
Pese
a que en los centros comerciales no se observa el mismo movimiento que en la
Bahía, de a poco los clientes visitan los locales y realizan sus pequeñas
compras.
Algunos
llevan una blusa, falda o pantalón; otros un par de zapatos. “Compramos poco
porque aquí la mercadería es costosa”, comenta Carmen Vega, ama de casa, quien
el pasado jueves realizó sus compras en Mall del Sol.
“Ahora
aprovecho comprando porque luego es complicado. Los ecuatorianos dejamos todo
para última hora”, manifiesta Carlos Piedra, quien junto a su familia recorría
el centro comercil La Rotonda, ubicado al norte de la urbe.
Al
igual que en la Bahía, los dueños de los locales de los malls esperan que antes
del 24 de este mes las ventas aumenten en un 50%. “Tenemos la esperanza de que
las ventas mejoren desde este fin de semana, luego de que la mayoría de los
guayaquileños cobró su quincena y en otros casos el décimo”, dice Julia Yánez,
del local Optimus.
Por
la noche, los centros comerciales, como el San Marino, reciben una gran cantidad de personas que mientras
van observando las vitrinas se interesan más por la mercadería que tiene
descuentos.
La
mayoría de estos locales ofrecen su mercadería con descuentos que van del 15%
hasta el 50%. La intención, afirman los administradores, es lograr que el
posible cliente ingrese al local.
Las
promociones o los regalos entregados por los centros comerciales, así como de
sus locales son también los atractivos que llaman la atención de los
compradores.
Por: Ronald Mayer
Por: Ronald Mayer
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