sábado, 17 de noviembre de 2012

Mujeres en la tienda, hombres en el pasillo



Ellas, exultantes de alegría entre telas de colores que marcan tendencias en la moda, estimuladas por un ambiente olor a Chanel que inhibe su sentido del control del tiempo tras una vitrina que les ofrece el paraíso que falta en su closet. Ellos con la mirada perdida en el piso del pasillo del centro comercial, con un caminar que traza círculos sin rumbo fijo, agarrado de manos y pies a las manecillas del reloj, sintiendo cada pausa del segundero mientras esperan el idílico “ya terminé” de su amada.

¡Finalmente llega!, en unos casos con un tono de alivio y en otros con un tono que acarrea el reproche al caballero por dejar sola en el dilema que las diversas prendas le planteaban a la dama.

La escena se repite día a día en los centros comerciales…pero ¿aquello tiene alguna razón de ser más allá del aburrimiento que argumenten sentir los hombres?

¡Oops! Estudio revelador
Un estudio científico efectuado por la universidad de Michigan determinó que el comportamiento tan distinto entre ambos sexos “puede explicarse desde una perspectiva evolutiva.”
Millones de años atrás, ellas se dedicaban a la recolección de frutos y ellos a la caza. Las mujeres llevaban consigo a sus hijos para realizar dicha tarea, seleccionando sin apuros sus alimentos.  Investigaciones científicas muestran que las mujeres tienen mejor visión periférica que los hombres, lo cual les beneficiaría como recolectoras. Jeannette Birquett, gerente de mercadeo de San Marino considera que las diferencias de género en el consumo no son tan sutiles, pues distingue cualidades distintas “ en las mujeres la observación y en el hombre la practicidad”
Por otro lado los hombres en su actividad de caza no iban en compañía de sus hijos porque podían demorarlos o entorpecer su cometido. Ellos tenían que ser muy rápidos para no ser atacados por su presa y una vez que conseguían su objetivo, volvían de inmediato a las cuevas.  Birkett coincide con el estudio y considera que “en el marketing influye principalmente la psicología que implica un conocimiento integral del ser humano, influyendo entre otras cosas sus hábitos que en gran medida se heredan durante generaciones”

Pero ¿que piensan los consumidores ecuatorianos al respecto?
Ellas al ser consultadas si les importa la compañía de ellos al comprar, una ligera mayoría contestó que no.
“Hay mas libertad para quedarse observando todo sin que te presionen y sugieran” Rocío Jaramillo. “Siempre entra conmigo para apurarme, por eso prefiero ir sola o con amigas” Karla Loor.
Sin embargo, algunas no ocultan su desazón al verlos cual “guardaespaldas” según  Marìa Toro, esperando fuera de la tienda. “Lo que una mujer espera de ellos es que la acompañe a todos lados, inclusive cuando este aburrido y no se sienta a gusto” Gabriela León.
Los hombres por su parte atribuyen su desencanto por acompañarlas a la indecisión de las mujeres en elegir algo. “No me gusta porque sabes q puedes entrar media hora después y ella va a seguir allí” Raul Renella. “Si supieran q van a comprar fuera tan fácil y rápido. El problema es que ¡no saben!, entonces una compra en vez de demorar 5 minutos demora horas” Emilio Falquez.
Conclusión: Es un hombre y se comporta diferente pero existen secretos.
Definitivamente, no somos para nada consumidores homogéneos y no es cuestión de género si no de hábitos que hemos heredado o la influencia del entorno cultural.
Los desacuerdos son inevitables. Si el ir de shopping representa discordia en su relación, trate la enfermedad y no el síntoma, tal como lo plantea el libro “Los 100 secretos de las parejas felices”, dialogue “sobre las razones por la que discuten y no solo por el desacuerdo específico”. Lleguen a consensos y traten de identificar intereses en comunes en sus salidas de compras.

Por Dominique Martinez

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