Me encuentro en el taller en el que
Luis Moscoso pinta las nalgas de una mujer recostada que parece mirarme. La
ventana se cierra de golpe a causa del viento pero no mueve nada. Todo ahí
parece estático, las mesas son de madera y agrietadas, están esparcidas con
manchas que hace mucho tiempo dejaron sus pinceles. El polvo forma parte de ese
cuarto sucio, viejo y desgastado pero lleno de arte y pintura. El piso es de
tablón y hay cuadros colgados en caballetes, otros arrumados en las paredes y
también marcos de todos los tamaños.
Le pregunto cuándo comenzó a pintar y,
sonriendo, me dice que es una pregunta que a menudo le hacen: “El arte nació
conmigo; desde muy niño ya dibujaba y pintaba. Cuando decidí dedicarme por
completo a lo que amaba me di cuenta que las exposiciones que hacía eran un
éxito; mis obras tenían mucha acogida y se vendían fácilmente”.
Luis es un orense nacido en el 63 que dejó
la arquitectura en 3er año para dedicarse de lleno al arte. Es autodidacta por
experiencia, y esteta por profesión, ahora tiene sesenta muestras colectivas e
individuales con más de 3.000 obras (tantas como sus manchas y pecas de la cara),
ha participado en talleres de grandes pintores como: Antonio Arias, Hernán
Zúñiga, Pablo Cabrera, Fernando Manrique y Kathelin Walsh.
Él cree
que el artista nace y lleva dentro ese querer expresarse que incita a demostrar
la forma de ver la vida y lo plasma de la forma que puede: “Las técnicas fluyen
en mí, no sigo sólo una, sino las que requiero”.
¿Qué
pintores han influido más en usted y tiene alguno que le apasione?
Podría hablar de una influencia más
general, como estudioso de la historia del arte, admiro a muchísimos creadores.
A través de los periodos del arte, están los clásicos como: Da Vinci, Miguel
Ángel, Rafael; los barrocos Caravaggio, Rubens, Velázquez, Rembrandt; Los
impresionistas como: Monet, Sisley, Degas, Renoir; los post-impresionistas Van
Gogh y Paul Gauguin. Después ya viene Picasso, que rompe con todo lo
tradicional y hecha atrás diez décadas del arte clásico. Sería interminable
todos los que han sido auténticos, creadores natos. Mi arte es un sincretismo
que abarca mucho pero original e irrepetible.
¿Qué cosas
definen su estilo y qué busca en la
pintura?
Mi estilo es atemporal, no tiene espacio ni tiempo. Me expreso a través de la
pintura, es un desahogo espiritual y personalísimo; para mi crear es vivir.
Soy un pintor de una diversidad de
temáticas, no me encierro en una sola forma de pintar, porque sería monótono. Domino
técnicas y propuestas pictóricas, clásicas y modernas. Utilizo el Oleo,
Acrílicos, tintas, pluma fuente y acuarela pero me caracterizo por utilizar la
textura, el polvo de mármol, arena y resinas; estos materiales les dan a mi
obra mucho carácter y expresividad. No me limito a pintar lo superficial;
dentro de un rostro, un cuerpo, un paisaje, me sumerjo en cada figura y comienzan
a aflorar conceptos artísticos que nos hacen reflexionar lo que es el mundo. No
me encierro como una plantilla repetitiva sino que cada vez salen más temáticas
nuevas y van creciendo.
He
visto que refleja mucho a la mujer en varias facetas, hace desnudos, acéfalas y
otras más eróticas. ¿Cómo concibe esta estética de su creación?
Siempre me ha inspirado la figura
humana, en especial la mujer. Así como con Rafael son las madonas, conmigo son
las ternuras, la naturaleza y la sensualidad dentro del cuerpo de una mujer. A
veces las hago acéfalas porque me explayo en alguna parte de su cuerpo, como
sus piernas por ejemplo; las considero hermosas y sensuales entonces trato de
exaltar esa parte. En otros cuadros, pinto cabezas de flor porque la naturaleza
es la identidad de mi obra artística y también paralelamente a eso he
desarrollado una temática abstracta que la he llamado “realidad cuántica”.
Te voy a contar una anécdota. Mi
estudio es de tabla y en la parte de abajo vivía un tipo que maltrataba a su mujer.
Todo el tiempo escuchaba gritos, golpes y cosas; ese día me encontraba pintando
y no me di cuenta, hasta después de unas horas, cuando vi que había creado el rostro de un cristo que
lloraba sangre. Y mi sensibilidad había arrastrado ese dolor en sus ojos. El
arte puede estar expresado en diferentes términos de dolor y de angustia.
¿Ha tenido una crisis, en alguna ocasión, que lo hayan llevado
a dejar de pintar?
He tenido crisis en
mi vida, como todos, pienso. Pero jamás he dejado de pintar. De hecho comencé
estudiando arquitectura y me retiré al tercer año para dedicarme a pintar, no
me arrepiento porque tal vez no hubiera logrado todo lo que soy ahora.
En Ecuador, si bien es cierto han surgido
nuevos institutos de arte y universidades, falta avanzar mucho. Los artistas no
tienen el debido apoyo. En mi caso, he tenido que avanzar solo; con medios
propios. Las galerías en vez de aumentar han disminuido. A los creadores nos toca salir y tocar puertas
en otros países. Ecuador se ha vuelto un mercado muy comercial, artesanal y repetitivo.
¿A
qué se refiere con mercado repetitivo y comercial?
¿Qué
proyectos tiene actualmente?
Estoy promocionando mi arte fuera del
país por medio del internet. Gracias a la web, muchas galerías vieron mi arte y
ya se publicaron fotos de algunos de mis cuadros y comentarios de mi obra en el
libro Anuario V, de la galería Arte Libre en Zaragoza, España. En ese libro
están los mejores pintores realistas e hiperrealistas del mundo. Además consto
en la galería Latino Americana de Arte, con sede en Texas y en la galería Busco
Arte, en New York.
Galerías que tienen su página web: artelibre.net, latinamericanart.com y la
galería buscoart.com.
También se puede encontrar su obra en su blog: http://artemoscoso.blogspot.com/
Por: Romina Córdoba
También se puede encontrar su obra en su blog: http://artemoscoso.blogspot.com/
Por: Romina Córdoba
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